Mujer... valle fecundo de vida

Con cuanta belleza crea el cielo un valle
Fecundo de aromas y colores
Un verdadero templo que en el detalle
Nos deleita y asombra de sabores
De curvas, rocíos y humedades
Arrulla sus sonidos en la aurora
E invita a los sentidos en el aquí y ahora
A reivindicar su sentido sin edades
Que sería de tanta magnificencia desplegada
En las dimensiones que los sentidos conocen
Si por sus sensibles estímulos al roce
No fuera por nuestra presencia captada…
Tu néctar, tus brisas… tus olores
Valle donde mis sentidos en orquesta
Se deleitan, riman, danzan y vuelan
Entre vellosidades suaves en pétalos de flores
La longevidad se hace en ti deseable
La vitalidad se torna en tus albores
El combustible excelso y equiparable
A la ambrosía que alimenta a los dioses
En tu silencio valle de mil amores
En tus gemidos de éxtasis pasión de vida
Solo pueden ser vertiente de miríada de calores
Que subliman al espíritu en plena dicha
Por saberse en la experiencia en ti vivida
De recorrerte en el disfrute de tus honores
Ungiendo al cuerpo de gentiles temblores
Por ser fecundo a tantas semillas
Darse cuenta No es asombroso
Que después de semejante creación
El cielo cincelara al placer en devoción
Para cubrirte y apreciar lo maravilloso
Y En su creativa generosidad de florecer
La esparció por el mundo en forma de...
Mujer...