Bendigo el esfuerzo
por reflejar desprecio
Siendo yo ese necio
posado ante el espejo
Bendigo tanta miseria
en imagen proyectada
para conocer la nada
que en mí yo supiera
Bendigo a mis hermanos
y mas aun al entender
que se puede trascender
al bendecir lo ensombrado
Entonces ya no interesa
ni el desprecio ni la miseria
pues todo sencillamente era
aprendizaje de belleza