viernes

Muero...


Muero…
 Con los abrazos abortados
A medio camino
Muero…
Con la desidia de tu mirada esquiva
Muero…
Cuando no me dejas volar en poesía

No necesito tu carne
No necesito tu presencia
Quizás no necesite
Ni la poesía ni el abrazo…

Pero y donde queda
La brisa de tu alma
 Capaz de animar el brillo de mis ojos
Cuando se deja ver y se derrama
Como aliento divino…
Esa parte de lo divino
Que no puedes poner a plazo fijo
Para un mañana…
Que no puedes encarcelar
Maniatar, amordazar y violar…

La muerte tiene la cara
De todo lo que se nos da
Y que avariciosamente
Negamos y guardamos
Ella viene en las  noches
Disfrazada de todo lo que debe ser
Viene disfrazada de deseo
Y me llama en susurros y melancolías
De cuerpos desnudos…

Por no dejarme volar con el Sol
Las alas  vestidas caricias
Caricias que no son mías
Caricias que caen como estrellas fugaces
Del mas allá…
Para Ti...

 Y tu…
Sin saber si son frías o calientes
Por tus miedos las esquivas
Dejándola caer en la tierra húmeda
Y parecen muertas
Pero… solo están dormidas esperando
Esperando la mano tibia
Que pueda recogerlas
Llevándolas hasta sus labios
Y echándolas a volar de nuevo
En un arco iris
De besos


Gracias Sol... Gracias por tu reflejo 
desde la península
que llena de rojo atardecer en mi bahía
La marea no refleja la luna nueva
Será el mar el que ilumine desde su esencia
y bruña constelaciones para soñar...

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Cuando se tiene belleza
se puede verla alrededor
apreciada tu gentileza
de Expresar sentido amor